La puerta la dejaba abierta, para que pudiera volver, la hacía llorar, no la amaba. La envolvía en palabras elocuentes, para hacerla recaer en la adicción de aquel amor nocivo. La lastimaba pero no pretendía dejarla ir. Era él, el motivo de las lágrimas de desconsuelo que brotaban de sus ojos , se extinguía su esencia, y aún así no podía sentir rencor, mientras él compartía caricias con otro amor, se marchitaban los pétalos de la flor. Su corazón estaba hueco, no era capaz de latir. C omo una fiera desgarraba los sentimientos de la doncella, que se aferraba aún cuando algo en su interior le gritaba: El nunca te va a querer a ti, pero tampoco la va a amar a ella. Y así es de injusta esta vida, amores que se entregan no son correspondidos y al insensible rompe corazones , el amor le es bievenido. Si fuera un delito el engaño, cumpliría una condena por cada corazón dañado, lágrimas y almas en pena. Un gran día sucedió que ese i...
"Y si tuviera más vidas en todas soñaría"